Lo cierto es que con cuarenta grados a la sombra, se me antoja casi imposible no sucumbir a los encantos de Morfeo. Esa fue la media de temperatura que nos acompañó a lo largo del viaje, así que pronto descubrimos los placeres de las piscinas de los mejores hoteles, que por unos pocos euros podías utilizar sus instalaciones.
Tras casi un mes de inactividad por estos lares vuelvo a la carga tras un viaje increíble por el noroeste de la India. Y como todavía tengo un poco de jet lag en las venas, solo voy a bajar algunos retratos para ir abriendo boca y en las siguientes ocasiones comentaré a cerca del viaje. Ah, que los dos primeros retratos son de Ali.