Hace por lo menos un año se pusieron de moda unas fotografías en las que el humo de unas varillas de incienso quedaban congeladas por la luz del flash y creaban auténticas obras de arte. Con la llegada del nuevo objetivo macro, no me ha quedado más remedio que hacer esas fotos y ponerme al día. No me digan que no ven a ese señor corriendo...
lunes, 21 de enero de 2008
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